miércoles, 14 de marzo de 2012

La invención de Hugo, el soñador de Melies, y mi madre

Hola queridos lectores!!! Ya conocéis mi costumbre de narraros mis experiencias cinéfilas, literarias y todo lo posiblemente extravagante. Pues hoy os traigo, un poco atrasada, que todo hay que decirlo, la reseña a mi manera de una película de cartelera que estuvo altamente nominada a los Oscars. Habréis observado también que a mi eso de los datos no me da más, os pido perdón por ello. Entrados en la sartén, vayamos al fuego queridos lectores:
                                          La invención de Hugo, el soñador de Melies y mi madre
El libro de la película
Escena de "El viaje a la Luna"
Va a hacer ya dos semanas se produjo un acto completamente inusitado en el historial findesemanaico (palabra inventada para la ocasión por Carmen Inventions S. A., obviamente, compañía patentada) de mi familia. Fui al cine con mi madre. Queridos lectores, permitidme haceros observar la connotación peyorativa que nos encontramos al decir "con mi madre". ¿Y por qué peyorativa? Yo lo considero así porque ella es del cine de la vieja usanza (lo suyo eran los cineforums de Avilés a los 11 años), y no te deja comer palomitas ni nada por estilo. Como mucho un caramelo de menta y p'alante (como hace Dickens). Esto conlleva más de una pelea en casa a la hora de ir al cine. Además, y habiendo propuesto yo esta película del director Martin Scorsese (o como se escriba, todos me entendéis igual), propuso ella informarse del tema. ¿Cúal es el tema de la película? Es un claro, maravilloso y más que necesitado homenaje al cine, centrandose en George Melies, mago y pionero del cinematógrafo. La cosa sucedió así: estábamos dando vueltas por la sección de audiovisuales de adultos de la biblio de Santa Nonia cuando, casualmente, me topé con un DVD que rezaba en su portada: "Melies, el mago del cine.", e iba acompañado del famoso dibujo de la luna con un cohete clavado en el ojo. ¿Por qué no lo llevamos y lo vemos mañana antes de ir al cine?, me dijo mi madre. A eso lo acompañamos con un paquete de palomitas de estas que son de colorines pero predomina el rojo porque son de azúcar (ya véis, en casa si que permite comer. Ya es algo). Tuvimos que verla por la mañana, interrumpiendo nuestra sesión de limpieza general, más característica del historial findesemanaico, por culpa de que mi padre no quería ver algo semejante a unas 15 películas mudas, y que duraban 3 minutos. Él quería ver una española. Al señorito hubo que traerle una española de los años 50-60, creo que era Historias de la Radio. Solo las españolas. Y los musicales ni verlos. En mi familia tenemos gustos muy dispares. Mi abuelo se decanta completamente por las del oeste, mientras que yo siento predilección por los musicales, comedias y de Hitckcotk y mi madre se queda con las históricas.

Volviendo al tema. Con las 15 pelis de Melies y un documetal como para Canal Historia, nos enteramos más de Melies y el cine que todos los que estuvieron en la sala del cine y el propio director. A mi manera de ver esto es lo que hace que a mucha gente no le haya gustado o le parezca sosa, el no estar bien informado.
Por la tarde pusimos rumbo a Espacio León a patita, porque mi madre también le quiere sacar partido a eso, así de paso caminamos, dijo la masoquista. Resultó que llegamos media hora antes y nos acercamos al único local abierto, el Burger King. Mi madre no entra en el Burguer King si no es que la arrastran o se lo piden mis primos pequeños. Pero justo coincidió que vimos un cartel anunciando capuccino descafeinado, y para allí que nos fuimos, a pasar el rato leyendo las dos Oliver Twist.
La película fue más bien larga y cabe destacar que la acción se sostiene más en las imágenes que en los diálogos. Sobre todo en el protagonista, Hugo, de lo cual lo más importante parece que son esos ojos morados que la cámara enfoca constantemente. Y luego tenemos a la protagonista, amiga y futura novia de Hugo, Isabel. No se como Scorsese pudo poner un personaje así. Con el tono jovial e ingenuo que le dan y la verborrea verbal que le provoca su aficción por los libros, el conjunto en completo queda como quien mezcla un bocadillo de nocilla con queso cabrales (me lo han hecho, y he tenido que tragarmelo,era horrible).
Lo que más me gustó con diferencia de la película es el personaje de Melies, del que ya sabía tanto. George Melies, en sí mismo, me pareció un soñador, alegre y vivaracho, todo un prodigio para su época.
La valoración conjunta que hicimos mi madre y yo de la película dió como resultado una calificación aproximada a un 8.
El creador de sueños
Luego ibamos a volver en bus porque ya era de noche y hacía frío pero hubo que fastidiarse porque el bonobus solo le quedaba un pase. Le dije a mi madre que nos fueramos antes de que me decidiera a usar yo ese pase. Y llegámos a casa a las nueve y media, después de soportar más viento y frío de lo que soportó Miguel Strogoff.
Como todos sabréis, o no, esta peli está basada en un libro, La invención de Hugo Cabret, que justo acaba de llegar a la biblio del IES Padre Isla, para el que lo quiera sacar. Mis más sinceros agradecimientos a mi madre por pagarme el cine y por la preparación cultural que siempre viene bien, por lo mismo aprovecho la ocasión para reinvindicar y suplicar que si la próxima vez podríamos tomar palomitas. Y por supuesto, queridos lectores, id a ver esta película porque si no, no serviría de nada que me haya puesto a hacer esto, habiendo renunciado así a estudiar los cretinos verbos de francés.
Cinéfilamente hablando, de vuestra corresponsal en Marte (hoy en la Luna). By Carmen :D

2 comentarios:

  1. No he visto la peli, pero si he leído el libro con mi hijo, Cruz nos lo dejó, es un libro precioso! Mi hijo si vió la peli y dice que está muy bien, pero no tanto como el libro, como pasa casi siempre! Bien por tu madre, bien por las dos!

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  2. Muchas gracias!!! Yo pensé en leer el libro pero tengo tantos en lista de espera....Desde luego una visita al cine es algo de lo que se puede sacar mucho no?

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