sábado, 28 de septiembre de 2013

"Las brujas de Zugarramurdi."

Hola queridos/as lectores/as!!! Aquí os traigo, recién salida del horno la reseña de esta película que se estrenó ayer mismo. Así que no perdamos más el tiempo y vamos a lo que nos interesa. Este film de Alex de la Iglesia lleva promocionándose en todas partes todo el verano. Lo he visto publicitado hasta en la sopa. A mi me ganó el tráiler. Por una parte me quedé con cara de "¿Qué demonios es esto...?", pero por otra lo disparatado de la trama me picaba la curiosidad. Si a eso añadimos algo de interés por el pueblo más famoso de la brujería española, debido a una novela que leí hace unos meses, "La leyenda negra.", estaba claro que tendría que ver esa película pero nada más se estrenase. En fin, el solo acto de ir al cine ya me hacía ilusión porque hace como cuatro meses que no me dejaba caer por una sala de cine.

Huida del atraco.
La historia es relativamente sencilla. Un parado al que su mujer no le quiere dar la custodia compartida se decide a atracar una tienda de "Compro Oro" para salir de la situación, pero como ese día le toca ver a su hijo se lleva al pequeño al atraco, alegando que no va a perder un solo día con él. Vaya, que la banda entera está disfrazada de estatuas callejeras, pero ese no es impedimento para sacar sendas armas y robar centenares de alianzas de oro. Después de las persecuciones pertinentes, consiguen escapar en el taxi requisado a un taxista que se ve convertido en chófer de dos ladrones y un niño pequeño. ¿El destino? Disneyland, que al guaje le apetece ir. Pero para cruzar la frontera francesa antes tienen que cruzar Navarra, y para cruzar Navarra tendrán que pasar, en medio de la noche más oscura, por Zugarramurdi.

A partir de aquí, los héroes protagonistas que al principio era unos malvados ladrones ahora pasan a ser los salvadores del mundo civilizado tal y como lo conocemos. Porque caerán en las garras de una familia de brujas despiadadas, caníbales, asesinas, crueles y con una sola misión: realizar un gran aquelarre en el que se reúna a cientos de brujas para ofrecer como sacrificio al niño. Las cosas no son tan fáciles de resolver, pero la película está tan bien hilada que una cosa te lleva a la otra y los sucesos pasan rápido pero con coherencia, así que no te extraña que minutos antes estuvieras en presencia de una Carmen Maura respetable y algo misteriosa y ahora estás delante de una bruja que sube por las paredes, se come a mordiscos a sus víctimas y rinden culto a una especie de diosa-madre naturaleza reclamando que Dios es una mujer y que ya es hora de empuñar la escoba y dominar el mundo.


Es una película sangrienta, grotesca, inverosímil, gamberra, ágil y con una potente mezcla de grandes dosis de realidad y muchas más grandes dosis aún de exorcismos, hechos sobrenaturales, monstruos asquerosos, trozos de cuerpos sangrientos en cazuelas y locura desatada en general. Un contraste, por ejemplo: las mismas brujas que pintan como mujeres despiadadas, espeluznantes y diabólicas (¡porque lo son, realmente impresionan!) que torturan y se comen a los protagonistas masculinos, luego son entre ellas simples mujeres que se reúnen para cenar amistosamente, se saludan muy amigas, se preguntan unas por otras y se comportan como se puede comportar tu madre con sus amigas. Eso me encantó.
Respecto a la primera retahíla de adjetivos con los que he descrito la película...¿se deben de tomar como algo negativo? ¿O es que acaso el arte, y el cine como parte del mismo que es, tiene que ser bello? (Humm, tema de debate) Yo opino que no. El film tiene mucho del terror intestinal y sangriento que tan poco me gusta, ya que se usa abusivamente como forma de meter miedo, pero esta vez la fórmula cuajó. ¿Por qué? Porque aunque hay de esto para dar y tomar, no se usa para meter un miedo que no puedas controlar, sino para impresionar momentáneamente y reírse de ti porque te estás revolviendo en el asiento de asco. Vamos, que aunque acción hay mucha y algunos les pueda parecer excesiva, no creo que la intención de Alex de la Iglesia sea radicar la película en eso, sino en la parte cómica disparatada. Y en eso tiene algún golpe realmente bueno: en los créditos, entre grabados, cuadros, frescos, documentos y todo tipo de registro sobrecogedor de brujas, aquelarres, cultos al diablo, entre todos los rostros femeninos oscurecidos y con rictus siniestro, aparecen también Angela Merkel y Margaret Tatcher.

Las cuevas del aquelarre.
Y al final, aunque todo parecía apocalíptico y dantesco, hay un final feliz como Dios manda. Más o menos. La batalla entre la crueldad de las mujeres y las frases estúpidas de los hombres queda aplazada en un empate conveniente. Aunque intención de cargarse a las líderes de ese clan de brujas hay, estas sobreviven y nos regalan un final de película abierto y algo sobrecogedor, regado por la risa malvada de las brujas.

He preferido reírme a lo largo de toda la película de la misma manera que las brujas que dejarme impresionar por la parte de terror, y eso ha ayudado bastante. Está claro que el único objetivo de la película es reírse despreocupadamente un rato, de los personajes, de toda la parafernalia al rededor de las brujas, de cómo está España y de nosotros mismos si queremos. Y me parece bien, no tengo nada en contra. No es una película que le recomiende a todo el mundo, porque habrá gente a la que le guste mucho y otros que opinen que es una solemne pérdida de dinero. Así qué, si coincidís con la línea de la película, id a verla porque disfrutaréis.
Le doy un  8.5. By Carmen:D
Pd: eso sí, una tarde para recordar. ¡La primera completamente otoñal, qué maravilla!;)

domingo, 22 de septiembre de 2013

Recordad escribir algo sobre el carpe diem antes de morir.

Hola queridos/as lectores/as!!! Vuelvo hoy para hacer, o más bien escribir, un recado pendiente desde hace ya varios días. Lo sé, todo son recados pendientes, pero esta semana hemos empezado el (maldito) curso escolar y eso absorbe todo lo demás que podía haber antes en nuestro universo. Hay que olvidar la ocupación que tenías antes (maquetación de mi novela en modo slow) y sustituirla por la de estudiante. Vamos, que no he encendido un ordenador en cuatro días, pero al parecer tampoco me he perdido nada, porque el parón pertinente se ha notado también en el resto de la blogosfera...

Hay una novela que se llama "Goodbye Berlín", "Tischick" en la versión original alemana. La encontraréis con sus señas y calificación en mi lista de libros. Ya os adelanto que es una de la pocas que ha conseguido este año las cinco estrellas que le franquean la entrada a mi altar de libros. Y lo que la hace más singular aún es su calidad de novela juvenil: no tengo mucha fe en como está el género actualmente, con tanta novela fantástica y romántica, seres sobrenaturales y amores imposibles, trilogías o sagas...(Piedad, imploro piedad a los ardientes seguidores de la LIJ. Tan solo es una inocente opinión de servidora, que al fin y al cabo es bastante ignorante respecto al panorama literario actual...;) Esta road-story, sin embargo, se merece el puesto que ostenta de mi novela juvenil favorita.

 La tengo ahora entre mis manos. Una de las portadas más sugerentes que he visto en mucho tiempo y una sinopsis que va directamente a los rasgos que ha de tener una novela para que sencillamente ME ENCANTE. Recuerdo lo que me impulsó a comprarla. Había hecho una lista con posibles víctimas literarias para un momento en el que nada de lo que empezaba a leer me llegaba. Y yo quería algo que me hiciera pensar y sentir. La batalla final estaba entre "Las ventajas de ser un marginado", con su gran campaña de publicidad a cuento del estreno de la peli, o "Goodbye Berlín", con el nombre de su autor impronunciable en cualquier librería. ¿Cual elegí? La respuesta es obvia. En una tarde de lluvia me lancé a recorrer librerías para encontrar MI libro, pero no lo tenían en ninguna. Al final de la tarde encontré una pequeñita y atiborrada, con escaparate sugerente, y ahí no me pusieron cara rara cuando pregunté por el libro de Wolfang Herrndorf, con mi pronunciación de toda la vida de francés y no alemán. Vamos, que ya me tienen como asidua a su librería.
Lo devoré. Con patatas. Vaya si me llegó. Personajes con predestinación a ser unos fracasados, perdedores y con problemas (¿ a alguien le recuerda a "Pequeña Miss Sunshine") pero que se dicen "así es la vida, y ahí que seguir adelante", sin contar que los protagonistas son los marginados de su clase. Una narración muy bien llevada, diálogos logrados y un lenguaje para llegar a cualquier adolescente: cualquiera se puede reconocer en las expresiones y los tacos. Una aventura al fin y al cabo, por un cruce de mundo real con su crueldad y viaje a ninguna parte. Momentos mágicos y cargados de emotividad, secuencias que me hicieron reir con ganas, tensión e intriga. Unos lemas claramente proclamados con las cosas que de verdad importan en la vida, y una conclusión global que adopte como una de mis máximas (mis amigos/as lo saben bien ;): Carpe Diem.

Que queréis que os diga. Le doy un 10, un 11 y un 12. Lo que haga falta. Debería de ser lectura obligatoria en 3º de la ESO. Y desde que lo leí lo tengo en la estantería de libros a los que hecho mano de vez en cuando para pasar las manos por las hojas y releer pasajes. También me he dedicado a difundir su presencia, y precisamente este verano lo había prestado a una buena amiga y amarilla que, a juzgar por la expresión de su cara cuando me devolvió, debió de hacer el mismo efecto que en mi. Como digo, me habían devuelto el libro al segundo día de instituto y lo tenía en la mochila. Estábamos en un cambio de clase cuando alguien trajo una de las comunicaciones del plan de lectura. In memoriam. El autor. Best-seller "Goodbye Berlín". 48 años. Cáncer cerebral. Suicidio. 

"¿Pero que maldita broma es esta?" Y me puse a decirle a todo bicho viviente "¡Ha muerto!¡Ha muerto!¡El tío que escribió esta maravilla de libro está ahora mismo muerto!". Pues vale. Como si se ha muerto Fulanito. Pero es que en este caso, tan solo hace dos años Fulanito ponía en boca de personajes geniales el carpe diem, un declaración de ganas de vivir ante toda adversidad que te pueda llegar, un espíritu de superación frente a todo lo malo, un promesa de continuidad y reencuentro con los buenos momentos pasados. Pero resulta que ya cuando su libro se empezó a vender le habían diagnosticado un cáncer cerebral que empezó a afectarle cada vez más, y esta al final de este verano Wolfang Herrndorf se pegó un tiro, no se sabe del todo por qué, en los canales de Berlín. Una parte de mi dice que no encuentra otra forma de muerte para un escritor, desoladoramente poética, pero otra se retuerce al ver que a veces el carpe diem se queda corto como combustible para seguir caminando. Todo regado por una sensación de que a este mundo le falta alguien.
Wolfang Herrndorf


Tan solo quería que lo supierais  para ver si así os animáis a leer la novela y sacar vuestras propias conclusiones. Yo me quedo con la ficción en vez de la realidad. Porque, como dijo el propio Wolfang Herrndorf, "aunque no se puede aguantar la respiración eternamente, sí durante un buen rato". By Carmen:D






lunes, 16 de septiembre de 2013

Siempre nos quedará...empezar el instituto.

Hola queridos/as lectores/as!!! Sabéis, llevo ya bastantes días pensando esta entrada, qué decir. Y quiero decirlo ya, de una vez, porque si no el tiempo pasa, como siempre, y yo seguiré en pantalón corto cuando vosotros llevéis bufanda. Y ya me vale de pasarme desde el miércoles sin escribir, superando estúpidas crisis post-vacacionales. Venga ya, como si se fuera a derrumbar el mundo por eso. Me avergüenza decir que he pintado de negro en todos los calendarios que he encontrado la fecha del 17 de septiembre, pero es así. Ya veis, a veces hago solemnes estupideces.

El caso y objeto de este incendiario y entregado post es tan solo uno: agradecer a todos/as este verano. Sí, sí, como lo oís. Ha sido el mejor verano de todos los que se cuentan entre curso y curso del instituto, y probablemente uno de los mejores desde que tengo memoria. Si alguien os dijo una vez, como me dijeron a mi, que hacerse demasiadas ilusiones con algo era malo porque luego nunca salía como te esperabas, esta vez se equivocaron (bueno, en algo acertaron, que todo hay que decirlo). El principio del verano fue también el principio de la Operación Don't Stop, que cierro hoy aquí. Bastantes proyectos he dejado por el camino: voluntariado (imposible por fechas y condiciones), costura (no se ha conseguido pasar de la primera lección para principiantes en las clases, aunque yo lo manejo bastante bien), cortometrajes (incomparecencia del personal por secuestro), guitarra (esto es una duda existencial. A ver, ¿por qué demonios se me metió a mi en la cabeza aprender a tocar la guitarra si desde siempre supe que no lo iba a hacer? Misterio.) 

Ya, ya, visto así, es que en realidad no he hecho nada de nada de lo que había planeado. Bueno. Es una forma de verlo bastante pesimista. He escrito una linda novelita; he leído, aunque no tanto como el año pasado porque la escritura se comió el tiempo de la lectura; he escrito para el blog; he fregado y limpiado la casa bastantes veces, he hecho las compras, he ido a la sección de películas de la biblioteca con gran asiduidad y soy la reina de la improvisación en las ensaladas de pasta veraniegas (mmm, guacamole...:). Pero sobre todo, y esto os lo puedo asegurar concienzudamente, he disfrutado he disfrutado de un montón bien gordo de momentos MARAVILLOSOS con FAMILIA Y AMIGOS/AS. He hecho cantidad de cosas que el año pasado no hice, me he pateado León de punta a punta en horas límite, he conseguido llegar a casa a la hora exacta casi todos los días (científicamente imposible hasta ahora), he escrito cartas, he debatido de muchas cosas, incluyendo lecciones de filosofía. He paseado sola y ampliamente acompañada. He llevado a cabo auténticas investigaciones detectivescas y conspiraciones perfectas sin un solo fallo (:P). Me he remojado en la piscina, he disfrutado de tardes en la Candamia y en el Húmedo, e incluso he ido a un kebab por primera vez. Y he estado de visita varios días en el hospital. He hecho (con ayuda de algunas manos más) una tarta-bizcocho alucinante. He hecho bastantes actividades rocambolescas, y ofende pensar que no me he divertido de lo lindo. También he trabajado en la escandalosa vuelta de Cartapacio (jajaja, temblad malditos, temblad...).

Puede que no me haya ido de intercambio a Inglaterra, ni siquiera de campamento, pero servidora, que se ha quedado buena parte del verano aquí, puede haber sido perfectamente la persona que más ha disfrutado de estas vacaciones. No he parado un solo momento, en especial cuando he estado por la calle. He disfrutado de buenas temporadas en los distintos pueblos, que todos ellos cumplen a la perfección las condiciones de la "Oda a la vida retirada." (algunos pueden dar fe de ello)Puedo presumir de haber tenido un verano anticiclónico interiormente, de ser un surtidor de felicidad parcial y sonrisas. Así que quiero agradecer todo esto a todos/as los/as buenos/as amigos/as que me han acompañado y aguantado en mis locuras; a mis padres y mi familia, porque en el fondo saben que sin ellos no es lo mismo (claro, no es lo mismo levantarse a las diez que a las doce ;). A conocidos y desconocidos que me he cruzado y me han saludado (¿qué? También tienen derecho a su homenaje.); a los incondicionales encargados de las tiendas de yogur helado, batidos y granizados, esos que antes estaban en el paro y ahora tienen un puesto en franquicias con más o menos suerte durante unos meses. Me he dedicado durante varios días a buscar a las franquicias más conocidas para hacerme cliente asidua y charlar de vez en cuando con el personal. No sabéis bien la cara de felicidad que ponían cuando volvías días después con más gente. Sí, las heladerías, cafeterías y bares han sido lugares habituales de charla este verano. Mmmm. Y agradecimientos por supuesto a todos/as los/as queridos/as lectores/as que me han leído, comentado, seguido, y en general alimentado este blog. Que ya sabéis que sin vosotros no es lo mismo, es que ni siquiera es nada.

Ya está. ¿Muy plasta? ¿Muy exagerado? ¿Muy aburrido? ¿Os ha hecho pensar "ni sé lo que te ha pasado este verano ni me importa"? Pues es lo que hay, majos/as. Os dejo una conclusión global y a la vez personal, que me hace ilusión. Y mañana...de mañana ya os contaré otro día. By Carmen:D

Gracias a ti (sí a ti, que estás delante de esta pantalla), quien quiera que seas por hacer lo que quiera que hayas hecho (aunque solo sea leerme). He tenido muy en cuenta tu aportación al verano, en serio. :)

miércoles, 11 de septiembre de 2013

¿101 Dálmatas? ¡No! 103 Páginas.

Hola queridos/as lectores/as!!! ¿Sabéis una cosa? Esta narradora de relatos e historias cortas impenitente ha terminado su primera novela. Y solo tengo una cosa que decirme al respecto: "Jovencita, que no se vuelva a repetir." :P

No, os lo explicaré despacito en esta entrada que considero la presentación oficial al público de la novela. Empecemos por el principio de los tiempos. Ventipico de junio, un parque cualquiera de una ciudad cuyo nombre sí que me quiero acordar: León. Ciertos miembros de Cartapacio pasamos la tarde jugando (o al menos intentándolo durante los primeros quince minutos). Y surge la propuesta de lo que luego fue el Reto Cartapacio: escribir una novela en el tiempo comprendido entre el 23 de junio y el 17 de septiembre. Osease: vacaciones.
 Acogí la idea entusiasmada, porque esa era la única forma de que me pusiera realmente a escribir en verano. Lo único, que debería de ser una novela. Y yo, en cuanto a escribir, soy una férrea defensora de los relatos, cuentos cortos, cuentos literarios e historias varias. Que no fábulas o cuentos infantiles. No porque sean más rentables de escribir para un estudiante que quiere compartir los estudios con la escritura, que también, sino porque en ese género me muevo como pez en el agua, y tengo un auténtico cariño por la belleza del formato y ventajas que presenta sobre la novela. Pero como incomprendida que soy, no hay manera. Para abrirse camino, lo que cuenta son las novelas. Te felicitan por tu primera novela, no por tu primer relato.


Cambie de idea varias veces y me rompí la cabeza durante varias semanas. Una tarde apática fui iluminada y en un ramalazo de inspiración planifiqué toda (pero toda) la novela. Un mes después tenía otro ramalazo creativo y remataba la cuestión cambiando media novela a la vez que la escribía. Tan solo he usado guión para los últimos capítulos, no he seguido ningún conseguido de escritores consagrados a escritores noveles. No sé si los hechos son creíbles, los diálogos semejantes a la realidad y las descripciones claras. El hecho de que sea novela, por tanto largo, me ha estropeado mi parte favorita: la narración. No he conseguido mantener el tono irónico y mordaz de la mayoría de mis relatos. A cambio, la historia y los sucesos imprevisibles y rocambolescos dan algo de mi toque personal.

Respecto a la historia. He huido concienzudamente de hacer algo que tenga que ver con el mundo adolescente o mi realidad estricta, para no pecar de ser un simple retrato del mundo que conozco, o algo muy usado en libros juveniles. El mundo me lo he inventado entero. Me han preguntado que de qué va. Pues buena pregunta. Ni santa idea. Hay un poco de todo, en serio. Pero lo que más podría decir que hay son coincidencias. Un capítulo te puede parecer una cosa y al contrario la contraria....Por lo que voy a hacer una sinopsis para cualquier interesado, tipo editorial:
"Un Corte Inglés cualquiera de una ciudad cualquiera. Una sola noche. Diez personas de vidas y procedencias diferentes. Cuando se encuentren, ya no podrán separarse, no podrán salir del edificio. ¿No quieres saber quién es cada uno? Podrás oír de sus bocas las historias de sus vidas, historias corrientes e irreales a la vez. Mientras, los singulares habitantes tendrán que convivir durante tan solo una noche con el objetivo común de no ser descubiertos. A cambio de su colaboración, se prometen no volver a verse nunca más. Desconocidos que saben mucho unos de otros. ¿Cumplirán su promesa? ¿Qué pasará a la mañana siguiente?"

¿Qué os parece? Ya vale, es una sinopsis muy cutre, sobre todo teniendo en cuenta que la novela no está aún en papel tangible. Es lo malo, tampoco la podréis leer (¿o tal vez sí?). Estoy esperando a que se le dé un repaso en cuanto a coherencia, conexión y adecuación, y la ortografía que se pueda haber saltado la línea roja del ordenador. Cuando esto esté hecho, unos cuantos elegidos tendrán derecho a leerla en primicia. Y gracias a la ayuda de una buena amiga ilustradora-diseñadora gráfica (sí, ahora que lo pienso, mola tener amigos diseñadores, filósofos, escritores...;) para hacer la portada. Después me compraré una guía de "Cómo autopublicar tu primera novela en una tirada corta sin quemar la imprenta."
Tampoco tengo más sueños respecto a este tema. Pero estoy babeando por volver a escribir algo que no pase de las dos páginas. Oh, palabras, ¡venid a mi! By Carmen:D
Pd: tal vez olvide decir que la novela se titula "La noche de las rebajas".

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Hace dos años: batería de preguntas a las que no tenéis por qué contestar.

Hola queridos/as lectores/as. Hoy oí decir a un chaval, que hace dos años (dos cursos, si queréis) era, en tiempo adolescente, como decir hace siglos.
¿Dónde estabais vosotros hace siglos, hace dos cursos? ¿Qué hacíais? ¿Qué os preocupaba? ¿Quiénes eran vuestros amigos? ¿Qué cosas os gustaba a hacer y que no? ¿Quiénes erais?
Pensad bien la pregunta, tan bien como la he pensado yo. Si sois adultos, entonces probablemente la cuestión no tendrá tanto calado porque vuestras vidas pueden cambiar radicalmente pero vuestro interior se mantiene medianamente impermeable a esos cambios, ya sois personas formadas, ya tenéis el destino cogido por las riendas. Y eso es mucho. En cambio, si sois adolescentes, esa franja diabólica entre los doce y los dieciocho con el punto álgido en los quince, dos años, dos cursos, son dos siglos.

Hace dos años yo medía cinco centímetros menos, mi pelo era algo más largo y mi cara tenía menos ojeras. Hace dos años yo me debatía entre mis fantasmas, consciente de que tenía que volver a pisar ese lugar llamado instituto. También ahora lo hago, ahora miro con reserva la fecha del diecisiete en el calendario, pero algo me dice que cuando llegue ese día me lo comeré con patatas, y todos los demás días. Y el calendario se hace increíblemente insignificante. Hace dos años era mucho, muchísimo más idealista e inocente de lo que soy ahora, y os puedo asegurar que al menos la parte idealista está hay por genética. Hace dos años me faltaban muchas cosas que no me eran necesarias excepto en sueños. Hace dos años mis deberes eran hechos puntualmente a diario y eran copiados por una veintena de chavales despreocupados nada más llegar a clase a primera. Hace dos años todavía tendría que aguantar algo de bulling, de "mira a esa friki, a esa marginada".
Mi habitación era un mar blanco, de paredes impolutas, que conservaba tan solo los vestigios, aparentemente intemporales, de mis dibujos inexpertos del colegio y alguna foto de la clase. La foto sigue estando ahí, y también el dibujo enmarcado de la princesita de rostro desproporcionado y pelo verde. Pelo verde. Cualquier psicólogo podría haber dicho que aquello era una predestinación. Siguen ahí pero ahora hay exactamente nueve carteles de las sesiones de Cartapacio, tres posters grandes, un gran tablero con un recopilatorio de notitas, un colage de portadas de libros, una caricatura, un lema feminista casero y un mandala también casero y otro colage que conservo como buenos regalos.

Ya veis. ¿Cómo era vuestra habitación hace dos cursos? ¿Quiénes eran vuestros amigos/as, de qué gente estabais rodeados? ¿Qué os ilusionaba, qué os daba miedo? ¿Qué cosas queríais probar, qué os emocionaba? ¿Qué pensabais de la vida?
Haceos todas estas preguntas como me las he hecho yo. Pensadlas bien, tomáoslo en serio, como si estuvierais en la consulta de vuestro intelectual psiquiatra de Manhattan. Parad, dejad lo que estéis haciendo. Dejad de hablar. Parad la música. Centraos. Y decidme, ¿qué veis? ¿Cómo ha cambiado vuestra vida? ¿Estáis mejor ahora, o tal vez preferíais antes? ¿Qué habéis perdido, qué habéis ganado? ¿Os lo ha regalado el destino o lo habéis trabajado con esfuerzo? ¿Creéis merecerlo, os sentís agradecidos o todo lo contrario? ¿Reís más, lloráis más? ¿Habéis aprendido algo de las cosas que verdaderamente importan en la vida? ¿Os habéis dejado llevar por la multitud, habéis perdido esencia y ahora sois menos personas? ¿Habéis cumplido parte de vuestros sueños, habéis hecho algo por intentarlo? ¿Tenéis alguna idea de qué lugar ocupáis en el mundo? ¿La vida se os queda pequeña, necesitáis más, queréis ser más? ¿Os falta muchedad? ¿Habéis ganado principios o los habéis dejado de lado? ¿Os sentís solos e incomprendidos, solo solos, o solo incomprendidos?


Saboread las preguntas. Usad ese maremágnum que tenemos por cerebro. Sentaos a reflexionar y no me respondáis si queréis. Quiero pensar que no he perdido una entrada en balde, poniéndome retrospectiva y melancólica, para haberos dejado tan inmersos en la vida rutinaria como podíais estarlo. Si os he hecho pensar, si puede que paséis aunque sea cinco minutos volviendo sobre todas estas preguntas, y las demás que vayan surgiendo a la vez que ahondáis que vuestra persona, vuestra identidad por dentro y por fuera; si hacéis eso entonces me sentiré realmente orgullosa de haber conseguido semejante hazaña. Hacer pensar...Sí, me gusta.
Prometo volver lo antes posible con el buen humor y la vitalidad de siempre, esto solo fue un alto en el camino, una parada de preguntas obligadas. Atenderé amablemente comentarios de extraños y conocidos que se animen a la retrospectiva personal. Espero que os haya gustado en acompañamiento pictórico, porque como buena incodicional del impresionismo que soy no dejo de recurrir a ello para relajarme.Termino con sonrisa. By Carmen:D
Pd: en octubre hace dos años, nació este blog, por cierto. Anda, pues eso habrá que celebrarlo...


domingo, 1 de septiembre de 2013

La realidad en un acto.

Hola queridos/as lectores/as!!! Pues eso, lo que dice el título...

                                                   Acto I

Una habitación con las paredes pintadas de blanco, sin ventanas. Apenas hay muebles. Una veintena de sillas de plástico se encuentran colocadas formando un círculo. Desde arriba, se ven veinte cabezas. La cámara baja hasta dejar al espectador a la altura de las demás personas. No son cabezas solas, si no con cuerpo. Presumiblemente adolescentes.
Un chico alto y delgado se pone en pie y habla al público.
Presidente- Y ahora, compañeras y compañeros, saludemos a nuestra compañera Andrea, que quiere contarnos sus avances y sus experiencias en este el triste y letal tema que nos ocupa.
Se sienta y en su lugar, se pone en pie una chica de larga melena rubia y ojos saltones. Cambia el peso de su cuerpo de una pierna a otra varias veces y luego comienza a hablar, con voz parlanchina y nerviosa.
Andrea- Hola. Me llamo Andrea.
Todos- ¡Hola Andrea!
Andrea y todos los demás asistentes se sonríen tontamente entre ellos, alegres tal vez por descubrir que pueden comunicarse, quizás porque a todos les gusta el nombre de Andrea. Cuando se recuperan del susto, Andrea prosigue.
Andrea- Y llevo una semana sin mandar un whatsapp.
El boom de la noticia no se hace esperar. El desconcierto es el primer síntoma que aparece en las caras de los asistentes. Se miran entre ellos y lo comentan sin creérselo aún.
Chico 1- ¿Has oído lo que ha dicho?
Chica 1- Sí, sí, lo oí. Es fascinante, ¿no te parece?
Chico 1- Sí, completamente fascinante. Ya debe de estar en el nivel 3. Por lo menos.
Chica 1- Tienes razón. Quizás pronto consiga rehabilitarse. Está muy avanzada, yo solo he conseguido estar dos días y ya llevo aquí varios meses.
La Chica 1 mueve histéricamente las manos, como si quisiera coger algo inexistente entre ellas. La cámara nos muestra por unos momentos la entrada de la sala, donde hay una caja grande llena de objetos, con un cartel que dice: "Se ruega a los asistentes que depositen aquí sus móviles y demás dispositivos electrónicos para un mejor funcionamiento de la terapia. Gracias"

Por fin todos acaban de asimilar la noticia, que les llena de admiración hacía Andrea, y vuelven a mirarla esperando que de su boca salgan más palabras iluminadas que les lleven a ellos también hasta aquella fase de éxtasis. Andrea muerde los labios sin perder la sonrisa y dos lagrimones bajan valientes por sus mejillas.
Andrea- Lo siento...Siento mucho que me veáis así...Pero es que soy tan feliz.
Pasa el antebrazo por lo ojos, los cierra unos momentos mientras intenta respirar acompasadamente, como la enseñaron en las sesiones de control de las emociones. Después, continua.
Andrea- Y quiero deciros que me parece todo tan maravilloso, tan mágico. Ahora puedo hacer cosas que siempre quise hacer, y que antes no podía. El tiempo que le dedicas al móvil se lo quitas a todo lo demás. Ahora conecto mejor con la gente de mi al rededor, porque les respondo cuando me hablan, ¡e incluso he conseguido mantener conversaciones de quince minutos!
Se oyen exclamaciones y voces entrecortadas. Estupor general.
Andrea- Por eso quiero deciros que debéis seguir este camino. Sí, debéis seguirlo porque al final hay largos campos de deliciosas flores para todos, aunque haya piedras en el camino. Puede que sufráis también como sufrí yo, ¿pero acaso no es mejor sufrir un poco para expulsar a tan atroz vicio de nuestro cuerpo, y sentirnos luego limpios y puros?
Andrea terminó con una sonrisa cargada de bondad y amor a la raza humana y secó las nuevas lágrimas. Todos aplaudieron entregados a su diosa, vitorearon y alguien que asistía por primera vez a las sesiones lloró impunemente al ver que la redención era ciertamente posible. A nadie se le pasó por la cabeza pensar que Andrea había abusado de los calmantes. Se sentó dando las gracias a sus público y el chico que parecía organizar el evento volvió a levantarse.
Presidente- Sí, yo también siento en lo más hondo de mi ser la gran verdad que transmiten las palabras de nuestra compañera Andrea. Y que esto sirva de estímulo para que nuestras almas, perdidas entre emoticonos y "jajajajas", sepan que tienen un reto, una misión, un destino, y para que lo consigan pueden contar con todos nosotros porque, como compañeros que somos, sabemos lo que el otro siente. Esto ha sido todo por hoy, tened presente que las sesiones se reanudarán el próximo lunes, y empezaremos tratando temas como la abstinencia a las clases de matemáticas y química. Y recordad que no debéis entregar vuestro tiempo y vuestras vidas a esos inventos diabólicos.
De nuevo los aplausos batieron el aire y, una vez tranquilizados, todos se pusieron en pie delante de sus sillas para entonar su himno. Las voces se unieron emocionadas en las estrofas de palabras cristalinas y la emoción del momento se destilaba por cada poro de sus cuerpos con acné. Luego, se fueron marchando con pasos lentos que se dirigían a la caja con los móviles. Algunos fueron a felicitar personalmente a Andrea e intentar averiguar si había usado algún estímulo además de lo que se proponía en la guía del afectado.
Pero finalmente la sala quedó de nuevo vacía. Las luces se apagaron y la puerta se cerró. Horas después, un hombre mayor con mono de trabajo entraba para recoger la gran pancarta que presidía el aula. Esta rezaba: "A.A. Adolescentes Anónimos". La descolgó y la cambió por otra que decía: "Asociación de Madres Afectadas por el Estrés y el Agobio en sus Tareas del Hogar"

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Y así fue, y no de otra forma, como la vida inteligente se vio eliminada en extrañas circunstancias en el Planeta Tierra. Aún hoy se intenta descifrar la causa asesina de la defunción de todo el saber y conocimiento que existió en aquel planeta, pero tan solo se han encontrado pruebas de que abnegados y minoritario grupos de personas que intentaron frenar el apocalipsis. Pero todo fue en valde, su civilización estaba destinada a lo peor.

                                                   PUNTO FINAL.

Comentad, queridos/as lectores/as, comentad aunque solo sea para decirme que me paso en exagerada, fatalista y negativa, que jamás semejantes cosas podrán acabar con nosotros...¿Pero estáis seguros? By Carmen:D