Hola queridos/as lectores/as!!! No se si a vosotros también os está pasado eso de asomaros al calendario y caerse por un precipicio de vértigo que desemboca en junio. Cómo os lo cuento. Otro añico más con ese agujero negro que mezcla el estrés académico de los exámenes y las ganas de pasar toda la tarde fuera de casa. Y no sé por qué, en medio de este panorama, a mí me da por hacer un ensayo con bastante de declaración de principios sobre algo que considero fundamental: ser tú mismo. Me ha servido para la sesión de crítica social de Cartapacio, y como creo que es un buen texto, entre infumable y apasionado, os lo dejo para que se os encienda la voz leyéndolo. Recomiendo encarecidamente leerlo con atención...By Carmen:D
Una y muchas más veces he conocido y conoceré a gente que se
ha apartado con prudencia de mi, alegando que soy extraña, rara, no se,
diferente. Sí, reconozco el delito y salgo a la calle, voy al instituto, paseo
por sus impaseables pasillos durante un cambio de clase, y me enorgullezco de
llevar la diferencia en cada hilo de mi ropa, en cada bolígrafo de mi estuche y
cada palabra de mis pensamientos. ¿Por qué todos tenemos que llevar la misma
ropa, las mismas zapatillas, la misma marca, pensar lo mismo, decir lo mismo,
hacer lo mismo, expresar lo mismo, sentir lo mismo? Es algo tan viejo, tan
aprovechado, que ya no extraña a nadie. Es triste.
En la única sociedad que conozco, porque puedo participar en
ella, o sea, en una clase de instituto, tu identidad no tiene ningún valor
hasta que enseñas tus Vans, sacas tu movil, dices tu ración estupideces diarias
y declaras cual es tu Tuenti. No vales nada hasta que no te identificas con el
grupo, y aún cumpliendo los requisitos mínimos eso no te abre las puertas a ninguna
especie de paraíso de la aceptación. Todo aquel que acepta ser del grupo, a
seguir ciegamente lo que alguien diga, paga por ese derecho de integración con
su personalidad, sus ideas propias. Hay que renunciar a tu propia creatividad,
independencia y capacidad crítica. ¿Cuánto vale para nosotros ese sentimiento
de igualdad, para que estemos dispuestos a pagarlo con nuestra misma esencia?
La diferencia es, ha sido y será una cualidad única del ser
humano, defecto para muchos, y en mi opinión nuestra mejor virtud. Es algo que
nos perseguirá siempre, porque siempre habrá alguien que quiera, pueda y
consiga hacer algo diferente, pensarlo, idearlo, propagarlo, ponerlo en marcha,
entusiasmar y sacar adelante a todos los demás que, sencillamente, se dejan llevar
por el líder de turno. Es nuestro método natural para renovarnos, para que
alguien coja el relevo y siga adelante. Toda evolución ha sido llevada, en
contra de la actitud general, por una minoría. Somos el resultado de una
diferencia respecto al resto de la naturaleza, no mejores ni peores que ellos,
solo diferentes, y aquí estamos, intentando borrar nuestras propias
diferencias.
Y sin tanta grandilocuencia, sabed sencillamente que todos y
cada uno de nosotros somos diferentes, únicos e irrepetibles. Tenemos derecho a
ser diferentes, a vestir de otra forma, a escuchar otra música, a pensar de
otra forma, a decir otras cosas, a ver la vida de otra forma, a sentir lo mismo
de diferente manera, a llevar la contraria a la mayoría, a tener nuestras propias
ideas, creer en ellas y realizarlas. Ser diferente es algo aplicable a
cualquier acepción, desde lo meramente superfluo a lo que nos construye como
personas, a nuestra ética. Ser diferente es algo que, sea en la forma que sea,
nunca será una desgracia. Jamás debemos pensar que estaría mucho mejor si
siguiéramos el rebaño, que quién me habrá mandado a mí defender aquella opinión
si total, eso a mi no me va ni me viene, y el que lo propuso no cuenta con el
apoyo de nadie y ya se sabe como acaba esto…
Por ser diferente se puede sufrir mucho, durante mucho
tiempo, por ser diferente te pueden discriminar, marginar, odiar, encarcelar,
repudiar, separar, represaliar, acallar…Ser simplemente tú mismo en un mundo
que se esfuerza, día y noche, porque seas como los demás significa librar la
batalla más dura que un ser humano puede librar; una batalla que no cesa jamás.
Ser simplemente tú mismo significa soledad y desesperanza
muchos días, pero eternidad y autonomía al final de tu vida. Y aún así, esa soledad no es perpetua:
alguien que vuele no volará siempre solo, porque siempre podrá enseñar a
alguien a volar. Ser diferente es algo con lo que se nace, pero también algo
que se aprende, da igual la edad o el contexto. Ser diferente no es decir “yo
soy diferente a los demás, todos vosotros no valéis para nada”, ser diferente
es tener tu propia opinión, defender la opinión de aquel con el que estás de
acuerdo aunque todos piensen lo contrario, y defender el derecho a opinar lo
que quieran los demás aunque tú no estés de acuerdo. Ser diferente es tener
unos valores éticos, y caer tú antes de que caigan esos principios. Ser
diferente es atreverse a ser original desafiando los criterios establecidos, a
tener tu propio criterio, a probar con algo nuevo arriesgándose a no agradar a
todo el mundo. No ceder nunca, no renunciar nunca a uno mismo.
Ser diferente es comprometerse con uno mismo y con los
demás, para levantarse cada día y sentir que puedes enfrentarte al mundo y
ganarle. Os pregunto: ¿Por qué ser iguales pudiendo ser diferentes? ¿Por qué
ser gente pudiendo ser personas?
¿¡HOLAAAA!? Carmen, tres días más y un mes que hará que no escribes en el blog, ¿quieres matarme de aburrimiento e ignorancia? Pregunto. Porque como sigas así lo vas a conseguir...
ResponderEliminarDeléistese usted con mi última entrada para calmar esos humos, puesto que yo jamás pasaría un mes sin escribir, dejando a mis pobres/as lectorianos/as sin este medicamento genérico tan bararto:P
EliminarDe todas formas, esta semana vas a tener mucho tiempo para disponer de mi....Vacaciones de VERANO. I love it:)