viernes, 26 de octubre de 2012

Relato a dos plumas.

Hola queridos/as lectores/as!!! Voy a aprovechar que el Bernesga pasa por León (vamos, que en casa están mirando las goteras de mi adoradísimo ático en el cual veo llover, y no puedo continuar estudiando los distintos tipos del tejido epitelial del ser humano) para escribir esto, que me entraron ganas de escribirlo a media semana. A ver si es la primera entrega de una serie de post para este finde, porque tengo varias ideillas...jejeje.
Bien, de fondo tengo a una simpática señora/ita rubia, un poco entrada en años que está soltando su "breve" discurso para agradecer el Príncipe de Asturias a nosequé (acaba de decirlo mi madre: Ciencias Social.) No veáis la cara de resignación santa que a puesto Felipe con lo de "breve". Es que además lo han enfocado justo cuando se le pasaba por la cabeza hacer novillos y pirarse la gala. No tengo opinión muy concreta sobre estos premios, pero os aseguro que cuando me lo den a mi, pensaré que es la mejor y más justa institución del mundo mundial; y sino, no lo acepto. Pero, la verdad, debe de dar un regustillo salir ahí, tan solo para imaginartelos a todos desnudos y con una gallina en la cabeza, y recitar tu glorioso discurso.
Después de este breve comentario, os diré que este es el segundo ejemplo de una amalgama relatística: un relato en que la primera parte es un segmento de una novela; y la segunda, mi continuación imaginada. Algo al estilo de "El infierno en dos actos.", solo que el relato en el que me apoyo es de una escritora de verdad verdad: Carmen Laforet, concretamente de su novela "Rosamunda". No tengo ni pastelera idea de quién es ni de qué va su novela, pero he preferido no informarme para que la trama no influyera en mi continuación. Esto vino a cuento de un ejercicio de Literatura, solo que en vez de 8 líneas me pasé e hice 22. Qué le vamos a hacer. Aprovecho para decir, aunque sea mensaje sin receptor, que de momento me están gustando mucho las clases de Literatura de mi profesora Aurora, y que paciencia, algún día se acabarán enterando de que si ponen la mano delante de la boca se les nota más que están hablando.
Estad a la espera de más, queridos/as lectores/as....By Carmen:D.

                            Tarde o temprano, se llega.

Estaba amaneciendo al fin. El departamento de tercera clase olía a cansancio. Ahora, se salía de la noche como de un gran túnel y podía vera la gente acurrucada, dormidos hombres y mujeres en sus asientos duros. Era aquel un incómodo vagón-tranvía, con el campo y la raya plateada del mar.
Rosamunda se despertó. Todavía se hizo una ilusión placentera al ver la luz entre sus pestañas semicerradas. Luego comprobó que su cabeza colgaba hacia atrás, apollada en el respaldo del asiento.
El día era glorioso. Apenas se notaba el frío del amanecer. Se veía el mar entre naranjos. Ella se quedó como hipnotizada por el profundo verde de los árboles.

...Sí, el día era glorioso, y más teniendo en cuenta la importante decisión que implicaba aquel viaje. Y no solo por el esfuerzo que le había costado reunir el dinero para el pasaje. Estaba segura de que coger aquel tren había sido la mejor decisión de su vida. Y eso que había gente que, cuando llegaba del primer transbordo y veía el panorama, se volvían atrás. Una lástima. Pero ella no. Sus antepasados estarían orgullosos del nuevo paso que llevaría tan lejos a su estirpe. Aquello rebasaba con creces los avances que habían hecho sus padres y sus abuelos. Solo de una forma suave pero persistente se manifestaban, muy de fondo, los recuerdos de lo que irremisiblemente dejaba atrás. Sería la primera Rosamundo Cosgaya de aquellas nuevas tierras, y eso era lo que importaba.
 Cierto era que al principio costaría adaptarse, pero cualquiera se acostumbre rápido a unas cuantas mascarillas de aire y comida en polvo. Al fin y al cabo no es tan indispensable, ¿no?. De todas formas, todo acabaría cuando los especialistas se dignaran a poner un aprovisionamiento normal. Era eso lo que ella, y todos, habían leído en los folletos informativos que les habían traído hasta allí. Ellos solo eran los nuevos protagonistas de una conquista que ya nada tenía que ver con amplias llanuras, indios o petróleo.

La gente parecía realmente cansada. A muchos de ellos les esperaba parte de su familia y allí, mandad con anterioridad como avanzadilla, mientras allá se reunía el dinero necesario. Era realmente impresionante lo bien que habían hecho el verdor de los árboles, y qué apetitosas parecían las naranjas. ¡Ah! Ya veía el cartel: <<Bienvenidos a "Las Casas Rojas", la primera urbanización para civiles de Marte.>>

                                         PUNTO Y FINAL.

Posdata: no se que narices le pasa a Blogger que no me deja quitarle el subrayado blanco del un parrafo del relato, sorry n_n.

2 comentarios:

  1. ¡Qué bonita historia, Carmen!
    Me pasa lo mismo que a tí: Profesora: diez líneas. Yo: dos hojas. Dejemos los relatos, lo nuestro son las novelas:).
    Esther.
    p.d. Bernesga es con B.

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  2. Sí???? No fastidies!!! Bernesga es con be??? Y mira que me estuve un rato pensando, porque en un exámen de Lengua lo puse con ...nomeacuerdo...y lo tenía mal; y yo ayer, que era lo que había puesto mal, la v o la b?? Gracias, ahora lo cambio.

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